Si juegas conmigo que sea en mi cama, que mi almohada sea tu cómplice y mis sábanas tu escondite, que mis manos sean quienes te busquen y las tuyas, las que consigan distraerlas, que nuestros pies se peleen como niños en un arenero, pero siempre entre mis sábanas, que nuestros bellos jueguen a ver quien consigue llegar más alto, que tus dientes jueguen a ser vampiros en mi cuello, que mis labios compitan en solitario desde tus caderas a tu boca, que una y otra vez, mis manos jueguen a deslizarse por tus piernas y que nuestros labios participen en una lucha épica por el tesoro que esconden nuestros corazones.
Este es mi parque de atracciones. ¿Te apuntas?
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